Monday, September 16, 2013

Hacer amigos no es un problema, el problema es mantenerlos. #3

...En el segundo día de clase, Judith se portó muy bien conmigo, estuvo muy atenta, muy simpática. Yo la consideraba la mejor chica que había conocido. Pero claro, cada gesto, cada mirada, cada acción tiene sus repercusiones. Es decir, las otras chicas de clase ya empezaron a decir que si yo le gustaba a Judith, etc.. Y claro, eso a Judith no le sentó bien. Esa misma tarde, le hablé por whatsapp, para preguntarle si pasaba algo. Y todas las contestaciones que obtuve fueron contestaciones bordes. Entonces claro... Se confirmaba el hecho de que le afectaba lo que los demás dijeran acerca de lo simpática que fue conmigo. A la mañana siguiente, en el instituto, me acuerdo que ni siquiera me saludó. Fui a buscarla, para preguntarle si me iba a saludar al menos, o algo... Y fue cuando entonces, callada y sin apenas mostrar simpatía, me dio dos besos y se fue al pasillo. Me parecieron los dos besos más secos y simples que me habían dado en la vida. Me desilusioné... Toda la estima, toda la ilusión que puse en ella el primer día se vino abajo. Todo porque le importaba lo que los demás dijeran. Supongo que no tiene nada de malo tener amigos, ni ser simpáticos con ellos. Pero en lo que a mí respecta, Judith había perdido conmigo, lo que ganó el primer día. Es por eso que ya ni la busco, ni siquiera me saluda, ni nada. En algunas ocasiones, cuando nos sentamos juntos, como en biología, me mira. Me mira y seguro que piensa: ¿Estará enfadado? -No, no lo estaba. Estaba desilusionado, simplemente. -¿De qué sirve hacer amigos, si sólo te duran un día? -¿conseguiré recuperar su amistad? ¿Conseguiré que vuelva a ser la del primer día?

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